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viernes, 13 de enero de 2012

La justicia, esa gran desconocida

Vivimos en un país en el que todos sabemos de todo, parece que reparten los doctorados en las universidades y somos poseedores de la verdad. Así que antes de pecar de lo mismo en esta entrada ya digo de antemano que de leyes no entiendo, sólo entiendo de principios básicos, y es sobre eso sobre lo que voy a intentar escribir.

Como supondréis por el título, en esta entrada voy a hablar de la justicia de la manera más imparcial que me permite mi subjetividad (como ya dije en mi primera entrada, somos seres subjetivos).

En España existe algo llamado "Principio de presunción de inocencia", que según se define en Wikipedia es:
"El principio de inocencia o presunción de inocencia es un principio jurídico penal que establece la inocencia de la persona como regla. Solamente a través de un proceso o juicio en el que se demuestre la culpabilidad de la persona, podrá el Estado aplicarle una pena o sanción."

Gracias a este principio, si mi vecino me denuncia ante la policía alegando que cometo un delito, yo no voy automáticamente a la cárcel, primero se investiga, ¿por qué? porque de ser así yo me dedicaría a mandar a la cárcel la gente que me cae mal denunciándolos,  (¿os suena la Inquisición?). Porque de ser así, no serían necesarios juicios justos, imparciales y fundamentados en sentencias, sólo bastaría con poner al acusado en la plaza mayor y preguntarle al pueblo qué quiere que hagamos con él (luego criticamos a Cayetano cuando dice que a él le gustaría vivir en la edad media). Porque de ser así el estar cerca de un lugar del crimen sería motivo suficiente para meterte a la cárcel durante años. Porque de ser así, podrían haber metido a la cárcel a todos los indignados acusados de terrorismo de estado. Porque de ser así, el estado de derecho actual se desvanecería, gracias al cual por cierto disfrutamos de un nivel de vida y libertad bastante aceptable.
Así que perdonarme si prefiero que se encarcele sólo a aquellos que se demuestra su culpabilidad, y no a aquellos sobre los que recae la sospecha.

PD. Mención aparte merece la legislación en sí, que consiste en una serie de leyes y normas arbitrarias, las cuales no siempre resultan acertadas, pero eso, es un debate a parte, y el cual se lo dejo a los juristas.

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