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lunes, 21 de mayo de 2012

El universo Twitter

Llevo algo más de un año utilizando habitualmente Twitter, y este tiempo creo que ha sido más que suficiente para darme cuenta de que esto cada vez más se parece a un patio de colegio. Hubo una época que me parecía más una universidad, pero creo que es ser demasiado generoso, porque los comportamientos más reconocibles no se dan en ambientes con cierta madurez personal.

Antes de empezar, quiero que os trasladéis a esa época convulsa de nuestras vidas, en la que la mayor de nuestras preocupaciones era el examen del día siguiente, o bajar al patio antes que el resto de clases para adueñarte de la portería de fútbol, o simplemente conseguir el escalón a la sombra para comerte el bocadillo tranquilo. Twitter es como ese patio de colegio, en el que ibas a desconectar, a aprovechar al máximo el tiempo de libertad que tenías y en el que acababas interaccionando con tus compañeros. Hacías tus grupos de amistades con los que hablabas de el examen de esa mañana, de los tazos que te habían tocado la tarde anterior en la bolsa de Matutano o te dedicabas a jugar sin importarte nada.

Entre todos estos grupos siempre había alguno que destacaba por encima de los demás por algún motivo. Así que dejando a un lado los grupos de chavales pasando el rato, voy a entrar a enumerar los más reconocibles. En primer lugar estaban los chicos guays, generalmente compuesto por los mayores. Iban a su aire y soñabas con llegar a ser como ellos, mayor, respetado, temido o admirado. Si conseguías entablar conversación con ellos, o jugar a algo, era todo un logro que había que recordar durante un tiempo, porque eran seres inaccesibles, personas que todo el patio se conocía sus nombres y sus caras y tú querías ser uno de ellos. ¿no os recuerda a algo?
Luego estaban los que se creían guays, iban de duros por la vida, soltando mamporros a todo aquel que consideraran inferior (eso sí, a los mayores ni mirarlos no fuera a ser). Se sentían los reyes del mambo, cuando en realidad no único que tenían era una esquina del patio para ellos solos a la que nadie se acercaba porque no querían saber nada de ellos. ¿No vais poniendo caras?.
Por otro lado estaban las guarrillas (en mis tiempos este grupo aparecía en 1º o 2º de la ESO). Que eran esas chicas que sabías que se dejaban tocar teta, pero no por ti, sino como poco con los de su edad. Ellas eran conocidas no por aquello que decían, ni por sus notas, sólo eran aquellas que se dejaban meter mano.
Como en todo buen patio de colegio no pueden faltar las seguidoras del fenómeno fan de turno, que se pasan el tiempo comentando la superpop, pegando fotos en su carpeta y cotilleando sin parar. Se creían que sus ídolos iban a perdurar por siempre, estaban dispuestas a ir a donde fuera, si con ello podían ver pasar un mechón de su ídolo a lo lejos.
Y por último estaba el grupo de los majos. Eran aquellos chicos y chicas que les caían a todos bien (bueno, generalmente a todos menos a los malotes). Solían ser graciosos y no te miraban con aires de superioridad, estaban ahí, felices en su mundo, sin molestar a nadie. Eran aquellos que al final todos recordaban de un modo u otro.

Todos estos grupos quedan reflejados a la perfección en Twitter, incluso me sorprendería que al leer su descripción no hayáis pensado en más de un usuario que conoces o que sigues. Y la verdad, es que dentro de lo que es la idiosincrasia del ser humano, es muy normal que todos estos se reflejen en Twitter, ya que esta al fin y al cabo es una red social hecha por personas.

Pero me queda un grupo por poner, que está representado en Twitter, y al que pertenecen usuarios de la mayoría de los grupos que he descrito, pero que no soy capaz de identificar en un patio de colegio. Pero como quiero seguir con el mismo símil voy a explicar cómo sería ese grupo en un recreo. Sus miembros son personas cargadas de una superioridad moral tal que se encuentran por encima del resto, nadie es más que ellos, ya que ellos son los elegidos. ¿Su labor? Guardar por el buen uso del patio de recreo. Estas chicos se acercan a los demás mientras juegan y les imponen cosas como "esta esquina no es para sentarse, es para saltar a la comba". Son capaces de imponer algo a los demás, y cuando les reprochan contestar "perdona, pero a mí nadie me dice cómo tengo que comportarme". Han llegado al extremo de acercarse a todos los corrillos y vigilar de que nadie cuente un chiste de otro a menos que primero digan de dónde lo han sacado. Y si el chiste es original, como le caigas mal, te dirán que para contar esa mierda de chiste mejor que te quedes en tu casa. Si les recuerdas algo que han dicho, y que incumplen, no suelen dignarse en contestar, se limitan a ignorarte de por vida. Crean listas de personas non gratas a las que hay que repudiar y marginar, porque sus normas así lo dicen. Alguno me dirá que sí que existen, que son el típico cabecilla que había en todos los grupos, y parte de razón tienen, con la salvedad de que esos cabecillas se limitaban imponer normas a sus grupos, y los de Twitter se dedican a hacerlo a los demás.

Lo que no entiendo de este grupo es la actitud y esa superioridad moral, pueden quejarse de lo que les venga en gana, denunciar los usos que más rabia les de, discutir con otros usuarios, pero no puedes decir "esto no funciona así" para 10 minutos después escribir "a mí nadie me dice cómo debo usar mi cuenta". No puedes burlarte de los que te escriben "me aburres, unfollow" para acto seguido poner, "eres un pesado, block". Creo que es consecuencia de creerse alguien importante, y si queréis mi consejo, si este último párrafo os ofende, es posible que debáis reflexionar de porqué lo hace.

3 comentarios:

  1. No llevo tanto en Twitter; pero me parece que la existencia de estos grupos no se limita a los colegios y a esta red social.

    En cualquier lugar donde se junten grupos de gente en poco tiempo se comienzan a formar estos bandos que has mencionado.

    Y se me ocurre otro más, el de estos que están contentos con que los demás les dejen ir a su aire; esos que en el patio del colegio se iban solos o con otros pocos como ellos a algún rincón a comerse el bocata sin molestar ni que les molestaran.

    Por lo demás, chapó.

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  2. El único grupo que no tiene connotación negativa es el de los majos, curiosamente el único grupo que te has inventado, porque reconócelo, aunque te encantaría que existiera y pertenecer a ese grupo, no existe en un patio de colegio un grupo de gente anodina que después es recordada por todos los demás por ser precisamente anodinos.

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    1. Sé que suena idílico, y mucha gente no sea capaz de identificar a nadie de su pasado en él, pero sí que existen y existían. El problema es que, como todo en esta vida, para unos un grupo de gente puede ser maja, mientras que para otros pueden ser unos chulos de cuidado. Yo sé que no pertenezco a ese grupo ni he pertenecido, ni tampoco me apetece hacerlo, tiene que ser muy cansado.

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