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viernes, 8 de febrero de 2013

Incapacidad crítica

Tiempo atrás, estrené este blog con una entrada en la que hablaba de nuestra incapacidad para ser objetivos ante cualquier aspecto de la vida. Pues bien, hoy quiero llevar esa idea un paso más allá, quiero hablar del "y tú más" que tanto se escucha estos últimos días.

Esa expresión está en boca de aquellos que quieren defender al Partido Popular de las acusaciones de corrupción, también está en boca de aquellos que quieren rebatir a aquellos que les rebaten con que los otros lo hicieron antes, incluso está en boca de aquellos que quieren mediar para que los que acusan y defienden no se enroquen en un debate estéril acerca de quién o quienes roban menos, y por lo tanto merecen más ostentar el gobierno de este nuestro desastroso país. Y claro, se centran tanto en defender a los suyos que al final acaban discutiendo acerca de a quién dejan la cartera, si al carterista del metro, o al carterista de Gran Vía. Y claro, toda esta situación me resulta tan rocambolesca que me lleva a reflexionar sobre aquella vieja entrada en la que hablaba de cómo cada uno defendemos a muerte a aquello que consideramos como propio (bien sea un equipo de fútbol, un sistema operativo o un partido político).

No hay más que darse un paseo por Twitter, por los comentarios de las noticias al respecto o incluso por blogs como puede ser este, para ver ese continuo enfrentamiento entre aquellos que denuncian los actos del Partido Popular y aquellos que les censuran apelando a un contundente "¿dónde estabas para pedir dimisiones cuando el caso Faisán?" o exigiendo "un respeto a la presunción de inocencia, que nadie ha sido condenado por los papeles de Bárcenas". Es curioso que se apele a la presunción de inocencia y al mismo tiempo se den por ciertas las acusaciones del caso Faisán cuando no hay sentencia al respecto. Pero la defensa ante estos ataques no se queda atrás, muchos se fundamentan en un "sí, el PSOE robó antes, pero no me compares lo que han robado unos y lo que están robando los otros". Claro que sí, es como irle a la señorita con un contundente "empezó él y me pegó más fuerte". Y lo peor de todo, es que con tanta estupidez lo único que conseguimos es terminar en debates estériles olvidando lo que de verdad importa, y es que todos nos están robando. Pero claro, como somos incapaces de criticar aquello que consideramos como propio, es más, como nos vemos en la obligación de defender a capa y espada aquello que consideramos como nuestro, pues no hacemos más que el ridículo más espantoso.

Y el problema es justo ese, que nos lo tomamos todo por el lado personal. Un ataque general a un partido enseguida es tomado como una ofensa por aquellos que le votaron, cuando en realidad la ofensa debería ser que el partido al que has votado se ha reído en tu cara. Es decir, en el tema de los papeles de Bárcenas los realmente ofendidos deberían ser aquellos que les han votado, como en el caso de los ERE's de andalucía deberían serlo los socialistas que le dieron su apoyo. Es como si yo me compro un iPhone y me funciona mal, y en vez de ir a la tienda a que me lo cambien por uno nuevo, me conformo con lo que hay diciendo, "si llego a comprar un Android seguro que me funcionaba mucho peor". Y claro, al final pasa lo que pasa, que si no exigimos calidad ¿para qué nos la van a dar? Dan por sentado que tienen su granero de votos garantizado y se dedican a hacer aquello que más les interesa a ellos, en vez de luchar por los intereses de aquellos que les votan.

Así que vosotros mismos, si preferís seguir defendiendo a vuestro partido a ultranza y criticando sin miramientos a su rival, estáis en vuestro derecho, pero que sepáis que al hacer eso estáis permitiendo que aquellos a los que le dais vuestro voto no hacen más que reírse en vuestra cara.

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